Nuestro querido y
veterano Aquilino, curtido y con la experiencia de varias batallas añejas. Nos cuenta
a través de su vida una de las épocas mas problemáticos de la historia reciente
de España: La transición. Aquí tenéis el primer capítulo, que abarca desde su
infancia allá por finales de los años 50 hasta la muerte de don Enrique Tierno Galván.
Esperemos que la disfrutéis y os quedéis con ganas de más.
Nací un 6 de octubre
de mil novecientos cincuenta y nueve. En
plena época de vendimia. Cuando se enteró
mi padre en la bodega, dijo que el carro que había vendimiado durante el día seria para mi bautizo. Así que nací con un carro de uva debajo del
brazo. Mi niñez fui un niño feliz
disfrutando de juegos familia vecinos etc. El verano era un tiempo de
recolección, recuerdo en la parva como daba vueltas el tractor removiendo la
mies, después se ponía el trillo para cortar la mies. Al final se ablentaba (Separar la paja del
trigo). Mi recuerdo era feliz cuando nos traían el agua fresca junto con la
merienda. Lo ricas que estaban las madalenas con vino y azúcar (los famosos
sopan vinos).
Cuando se acababa la recolección, empezaban las fiestas con las
verbenas, los toros, las casitas de tiro, los chicos nos dedicamos, a perseguir
a las chicas las vueltas en la noria. El tren de la bruja etc., se acabó la
fiesta y a recolectar las pipas de girasol. Y más tarde vendimiar la alegría
era un tiempo con sus cantes sus chises.
Hasta el tiempo de la Navidad se hacia la siembra. La navidad era
un tiempo de alegría, los villancicos, los turrones, el árbol de Navidad, los
aguinaldos, los reyes etc.… Fue mi
infancia donde recuerdo del cariño de mis padres, familiares y vecinos. En el
pueblo no había pobres. Recuerdo con
cariño la cabalgata de reyes. Todos los niños tenían sus regalos desde el más
rico al más pobre.
En el año setenta fui a estudiar
con una beca de los claretianos, pues mis padres no tenían medios económicos para
mantener a un estudiante, así como las residencias, los libros, etc.… En el
seminario se estaba muy bien, teníamos tota clase de juegos: Billar, futbolín, ping-pong, etc.,
etc.… Las clases en el instituto sobresalíamos
de los demás. Todo eran notables y sobresalientes. Yo era un aventajado en gimnasia, religión e
historia y francés.
Los paseos por la avenida
de los patos eran diarios, pues el instituto y el seminario estaban de una
punta a otra. Las clases no eran mistas por lo que las chicas por un sitio y
los chicos por otro. Los domingos nos llevaban al cine a ver películas españolas y nos daban veinticinco pesetas para nosotros.
A nosotros, Zósimo, Ángel y yo, nos llevaban
cada domingo a uno de los tres. Después
de comer nos daban un vaso de leche y cincuenta pesetas. En aquel tiempo era un dineral. Conforme fue pasando el tiempo, nos dimos cuenta que aquello era
un club de mujeres es decir prostitutas.
Hasta tercero de bachiller no me suspendieron
ninguna asignatura. Tenía los ojos ciegos al
no ver lo que pasaba a mí alrededor.
Mi cuñado, Pedro Canchari, medico peruano de Iniesta (Cuenca), me abrió
los ojos a la realidad. lo que viví en la niñez era como un sueño de hadas. Empecé
a rendir menos en los estudios, pero en cuarto me suspendieron historia (que recuperé
en septiembre). En quinto empecé mis encuentros amorosos con Rosa (la hija del pastelero).
En sexto de bachiller compaginaba los
estudios con el trabajo de disjokey en
Villapardo y en Ledaña. las notas de los
estudios fueron fatales de 7 asignaturas me suspendieron 5 estuve todo el
verano estudiando me enrollé con Camelia de Cullera fue un verano muy ajetreado.
A finales de agosto fueron las fiestas y me enamore de Carmina que estudiaba en
Cuenca en las madres josefinas más conocidas como las pepas me cambie de Requena
a Cuenca sacándome la matricula en sexto viva, que consistía en que si suspendías
dos asignaturas en febrero las tenías que aprobar, así que aprobé latín e
historia. La relación con Carmina estaba en un punto muerto hasta la semana
Santa en la que nos entregamos el uno al otro. Corría el año 77 y aprobé latín
e historia y en junio aprobé todo COU Y me dediqué a las primeras elecciones. Después
de la dictadura, me lo jugué todo a la formación del PSP DE DON ENRIQUE TIERNO
GALVAN. Fue una experiencia maravillosa
vivir una época histórica vivida en un presente. Que si mítines por aquí, que
si altavoces por allá etc., etc. El resultado fue catastrófico, quedamos la
cuarta fuerza política por detrás de UCD, PSOE y el Partido Comunista. Con el
tiempo se unirían el PSOE Y EL PSP ocupando don Enrique Tierno Galván y
consiguiendo la alcaldía de Madrid. Durante su mandato todos los madrileños se
sintieron orgullosos de su alcalde. A su funeral acudieron más personas que en
toda la historia de Madrid.
Autor:
Aquilino Peñarubia