Todo comenzó a primera hora de la mañana con un almuerzo consistente en chocolate y magdalenas.
A continuación vino un grupo de batucada que nos amenizó la fiesta con sus tambores.
Luego quemamos nuestra falla que este año simbolizaba el Ave Fénix como el pájaro que resurge de las cenizas.
Finalmente nos comimos una sabrosa torrá con picaeta.
Lo pasamos muy bien y nos encantan los días de fiesta porque salimos de la rutina.